sábado, 24 de enero de 2009

Here comes the flood


Hace una semana nos prestaron una casa en el Tigre. Viernes y sábado clima de primera, tranquilidad, canto de pajaritos, mate y crucigramas. Los chicos pescando y nadando todo el día, cero peleas por el turno en la PlayStation o la computadora. Pero el domingo el río dijo basta y empezó a crecer, a crecer, a crecer. El plan de abandonar el lugar tipo dieciséis horas se vió prontamente alterado. Todos corríamos de acá para allá -en plan inundados- poniendo los bolsos a resguardo del agua, usurpando momentáneamente el muelle de nuestro vecino, que no estaba. En medio de escenas de hondo dramatismo, el único que no perdió la calma fue Enrique, mi hijo mayor, que aprovechó la oportunidad para practicar pesca de altura. Lo que se dice, un hijo de Buda…

No hay comentarios: